

A mitad de la mañana acompañando a las mujeres valpalmeras que se habían vestido para la ocasión y de un paciente burro cargado de cántaros se marcho hacia la fuente vieja para recoger el agua que posteriormente se subiría al pueblo.
A continuación y una vez en el pueblo la comitiva se acercó al barranco para poder lavar la ropa en el río. La gente pudo comprobar el duro trabajo que anteriormente abuelas y madres desarrollaban diariamente. Se visitaron dos viviendas con aires de antaño y acompañados con la sobremesa amenizada se llegó a la tarde para el taller de cántaros de los niños.
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